En las artes y las ciencias, la Teoría constituye un tipo de reflexión sobre fenómenos concretos que pueden generalizarse: toda disciplina, para ser considerada como tal, posee un corpus teórico, que guarda cierta distancia con la actividad concreta, aunque a ella se refiere. Sin distancia, no hay reflexión.

No es distinto en Arquitectura, la disciplina que reflexiona sobre las formas concretas del habitar humano, proponiendo nuevos y múltiples caminos para enfrentar las problemáticas actuales. En la medida en que estas problemáticas van hoy desde las acuciantes cuestiones de justicia ambiental, los mundos virtuales de la comunicación digital, o los abismos socio espaciales entre lo que tienen y los que no, los arquitectos deben poseer destrezas reflexivas que no se reducen a las técnicas tradicionales de proyecto. Es que hoy no sólo está en cuestión la posibilidad de habitar, sino la misma definición de lo que es ser humano -y lo humano fue la referencia estable de la disciplina desde el “hombre vitruviano” hasta el Modulor.

Afortunadamente, la reflexión en arquitectura siempre se ha expresado en muy diversos discursos simbólicos (lingüístico, icónico, numérico), enlazada con sentidos, sentimientos, hábitos culturales que enlazan tiempo y espacio. Otras asignaturas preparan al estudiante en las técnicas específicas, legando una tradición de estudios y unas técnicas: teoría propone pensar con todos los instrumentos posibles. Por lo tanto, algunos trabajos hacen hincapié en aspectos materiales, prácticos, sensibles y concretos, y se expresan en los términos icónicos reconocibles como núcleo duro de la arquitectura, pero otros tienen que ver con el aprendizaje en otros registros: la lectura crítica de textos, la posibilidad de expresión escrita del alumno, la orientación de la experiencia -y frecuentemente, esto puede ser representado sólo por las palabras. A través del discurso metafórico del proyecto, según infinitas y no previstas conexiones posibles, se operará eventualmente la traducción.

En esta línea, buscamos no superponer los esfuerzos con otras materias paralelas (materialidad, comunicación visual, “arquitectura”) sino aportar aspectos que ellas no tratan (por ejemplo, la lectura crítica sistemática, la escritura argumentativa, el análisis de obra de acuerdo a las problemáticas o a la ideología no explícita, la articulación de la obra, fragmento o territorio con las notas dominantes de la época, la comprensión de las claves teóricas de una época como la nuestra, en la que ninguna obra de importancia en la cultura arquitectónica elude las relaciones con el discurso escrito.

Si además de formar profesionales de alto nivel, la Facultad pretende formar intelectuales que investiguen y reflexionen sobre el habitar -como sugiere la incorporación de teoría, y la extensión de la investigación a becarios de grado- la materia debe acompañar los primeros pasos del estudiante en la reflexión crítica, la experimentación y la comprensión. No olvidemos que nuestra disciplina es -o debiera ser- eminentemente dialógica: debemos aprender a hablar en “diferentes lenguas” (del usuario, del especialista, del político, de otras disciplinas que coinciden en la transformación del espacio, de otras artes que ofrecen formas paralelas de comprensión del mundo) si no queremos convertirnos en una corporación que solo se refiere a sí misma.

miércoles, 10 de abril de 2013

PARA TEORIA I Y II - ACERCA DEL CUADERNO DE BITACORA

Les acercamos el artículo El "cuaderno de bitácora" Un dispositivo pedagógico elaborado  por los arquitectos Julio Valentino y Marlen de Vries. El primero es Profesor Titular de Teoría de la Arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Diséño y Urbanismo de la Universidad Nacional de Buenos Aires.  
Pueden descargarla siguiendo este vínculo

CURSO 2013 - TEORÍA 2 - TRABAJO PRÁCTICO Nro. 1

Trabajo Práctico Nro. 1 “Estrategias proyectuales: los concursos de arquitectura”


Ahondar en los temas y problemas de la teoría arquitectónica exige identificar primero los argumentos sobre los que descansa la legitimidad de los proyectos. Ello implica moverse hacia un plano discursivo que guarda una estrecha relación con los proyectos pero que tiene una especificidad propia con modos también específicos de desenvolverse. Las memorias descriptivas, por ejemplo, constituyen un primer modo en que se explicitan las ideas arquitectónicas, presentadas como soluciones a problemas concretos de cada encargo. Esas ideas se vuelven explícitas también en una serie de textos y locuciones de los autores de los proyectos, desde artículos hasta manifiestos y conferencias.

El objetivo del presente Trabajo Práctico es enfocar sobre este plano discursivo para identificar, justamente, las ideas y los argumentos que apuntalan las decisiones tomadas por los proyectistas. Para ello, tomaremos como caso de estudio los diferentes proyectos presentados para un mismo concurso de arquitectura.

Se trabajará con el concurso organizado por el Banco Hipotecario para el diseño de prototipos de vivienda unifamiliar en cuatro distintas regiones de la Argentina: NOA, NEA, Cuyo y Patagonia. Los proyectos premiados fueron publicados en el número 226 de la revista de la Sociedad Central de Arquitectos (año 2007).

Además de la citada publicación, el material está disponible en la fotocopiadora del Centro de Estudiantes o en el siguiente enlace: